Recuerda que todo aquello de lo que no quieras hablar porque te toca el Alma, porque tal vez te incomoda, te enoje o te haga llorar... es para que poco a poco lo afrontes, lo expreses, lo liberes y te des a ti mismo la oportunidad de sanar.
Cuanto más tiempo lo evites o lo guardes, mas se esconde, más se incrusta, y no se va.
Abrázate, abraza cada oportunidad por más difícil que sea y todas las emociones se agolpen a la vez. Sí, atravesar eso puede doler, pero te ayudarás tanto que no te lo puedes ni imaginar.
Liberarte es desenroscar muchos hilos, mucha inconsciencia y mucha historia. ¿No tienes ganas de respirar más en Paz y en Amor? Entonces Confía, sobre todo en ti mismo. ¿Hasta cuándo posponerlo? ¿Hasta cuándo esos miedos-egos que fingen que todo está bien y en paz?
En esta vida hemos venido, vuelto, para poder darle más fuerza e intensidad a nuestro sentido de estar aquí. Ayúdate. Inténtalo.
Si alguna vez alguien te saca una conversación que te toca adentro y sientes que puede romperte porque va directo a esa zona tan tuya... sé valiente. Ese es el momento. Si esperas a escogerlo por ti mismo tal vez nunca llegue. Esa persona y reflejo es la indicada para que te sueltes. Si es alguien en quien confías o con quien tienes una conexión... no lo pienses ni te resistas más. Tu alma lo pide a gritos: sanar.
Abrázate y recuerda que todo sucede por un motivo más elevado: Amar.te.
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