"Necesitamos reconocernos más, sin tanto escudo, sin tanto ruido"
El buen humor, el sano,
el que no pretende otra cosa, no siempre es bien entendido o recibido.
Todo es relativo. Incluso ahí la comunicación requiere de Corazón.
Ser es importante, y que sea natural también.
¿Qué dificulta entonces a veces el entendimiento, incluso en ese aspecto, entre los seres humanos? ¿Qué nos cae a veces bien y otras no? ¿Medimos el buen humor, o ya podemos lanzarnos por fin a Ser naturalmente, con ese estado que forma parte del Corazón?
¿Qué entendemos o no, qué interpretamos? ¿Qué es realmente el buen humor? ¿Cuándo y cómo es que estamos sintonizados de tal forma que todo pueda fluir sin que hayan tropiezos y poder reírnos de todo?
La sana intención y respeto con la que nos expresamos con el otro es lo esencial.
Cierto, hay momentos para todo, pero votemos por el buen humor y la risa como un potenciador, transformador y desatascador para cualquier cosa. Es una herramienta maravillosa, y más si le acompaña la sensibilidad (el Corazón). Reduce la importancia de lo difícil que podamos estar transitando, nos da más fuerzas, nos renueva, nos da más energía luminosa. En realidad es una puesta a punto que proviene del Amor.
La clave es no tomarnos nada de forma personal, aprender a abrirnos y soltarnos más, disfrutar de cada oleada.
¡Ay de nosotros, si por fin nos destupiéramos del control y de lo serios que hemos sido! Tenemos un don natural que nos acerca y nos abraza. Dejemos de rebuscar entre las palabras, ¡soltémonos, riamos! Necesitamos reconocernos más, sin tanto escudo, sin tanto ruido.
Hay tiempos para la reflexión, para el silencio y para la concentración, sin olvidar que muchas veces la seriedad o las pocas palabras no son tal, sino señal de profundo respeto. Pero hagamos espacio sin un por qué para el buen humor, para fluir, porque nos reúne, nos lleva al reencuentro, no nos separa.
Humor~Amor, esa es la fórmula. No lo olvides, no lo borres.
Que el qué dirán ya no forme parte de.
Ser es importante, y que sea natural también.
¿Qué dificulta entonces a veces el entendimiento, incluso en ese aspecto, entre los seres humanos? ¿Qué nos cae a veces bien y otras no? ¿Medimos el buen humor, o ya podemos lanzarnos por fin a Ser naturalmente, con ese estado que forma parte del Corazón?
¿Qué entendemos o no, qué interpretamos? ¿Qué es realmente el buen humor? ¿Cuándo y cómo es que estamos sintonizados de tal forma que todo pueda fluir sin que hayan tropiezos y poder reírnos de todo?
La sana intención y respeto con la que nos expresamos con el otro es lo esencial.
Cierto, hay momentos para todo, pero votemos por el buen humor y la risa como un potenciador, transformador y desatascador para cualquier cosa. Es una herramienta maravillosa, y más si le acompaña la sensibilidad (el Corazón). Reduce la importancia de lo difícil que podamos estar transitando, nos da más fuerzas, nos renueva, nos da más energía luminosa. En realidad es una puesta a punto que proviene del Amor.
La clave es no tomarnos nada de forma personal, aprender a abrirnos y soltarnos más, disfrutar de cada oleada.
¡Ay de nosotros, si por fin nos destupiéramos del control y de lo serios que hemos sido! Tenemos un don natural que nos acerca y nos abraza. Dejemos de rebuscar entre las palabras, ¡soltémonos, riamos! Necesitamos reconocernos más, sin tanto escudo, sin tanto ruido.
Hay tiempos para la reflexión, para el silencio y para la concentración, sin olvidar que muchas veces la seriedad o las pocas palabras no son tal, sino señal de profundo respeto. Pero hagamos espacio sin un por qué para el buen humor, para fluir, porque nos reúne, nos lleva al reencuentro, no nos separa.
Humor~Amor, esa es la fórmula. No lo olvides, no lo borres.
Que el qué dirán ya no forme parte de.
Lee también: Dar Es Amar Sin Atrapar
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