* Imagen copyright Elena Kalis
¿Quién
no ha pasado por la experiencia de los espejos y las diferencias? Y
seguiremos pasando, porque es parte esencial de nuestra escuela viviente
evolutiva.
Tenemos muchos medidores para darnos cuenta en el fondo por qué parte vamos del camino:
¿Qué tanto hemos abierto con el tiempo nuestro Corazón y poder amar distinto, sin apegos?
¿Qué tanto manejamos nuestras reacciones, nuestro ego, nuestra mente y nuestras emociones?
¿Qué tanto somos más conscientes de lo que hacemos, decimos, vivimos y sentimos?
¿Qué tanto seguimos juzgando, criticando, controlando, enfadándonos compulsívamente ante lo mínimo?
¿Qué tanto nos ocupamos de nosotros mismos para mejorar, y no mirar los fallos de los demás?
¿Qué tanto nos amamos a nosotros mismos y qué tanto hemos aprendido a no culpar a los demás?
¿Cuántas resistencias siguen adentro, con nosotros mismos y con los demás?
¿Qué tanto hemos aprendido a fluir, a disolver, a liberar, a restar importancia a lo que no la tiene?
¿Qué tanto intentamos Ser sin miedo, a respetarnos, a tolerarnos, a valorarnos, a ayudarnos de Corazón?
¿Cúanto
hemos aprendido a estar más en calma, a intentar pensar y sentir
bonito, a ser más positivos, a no tomarnos las cosas de forma personal?
¿Cuántas
veces? Todas las necesarias, hasta que nos sigamos perfilando en el
Amor y en la Luz. Tenemos constantes sincronías y oportunidades,
escenarios que se repiten o se complementan, pero todo, todo es
perfecto.
Una vez seamos conscientes de esto, lo importante es aplicar lo siguiente: No tomarnos las cosas de forma personal.
Tal
vez se nos resiste esto porque tenemos el campo de las emociones y el
ego latente, pero forma parte del entrenamiento. Soltar las creencias,
el control, escupir los miedos.. y todo a través de las experiencias.
Usar la técnica de elevarnos por encima de las situaciones y mirarlo a vista de pájaro es fantástico, es una ayuda tremenda para fluir, disolver, entender las enseñanzas, poder reaccionar con calma, a no desesperarnos si no sabemos manejar una situación...
Usar la técnica de elevarnos por encima de las situaciones y mirarlo a vista de pájaro es fantástico, es una ayuda tremenda para fluir, disolver, entender las enseñanzas, poder reaccionar con calma, a no desesperarnos si no sabemos manejar una situación...
Llora
si necesitas llorar ante un espejo (otra persona) o contigo mismo, pero
sin victimismo, sin drama, sino con la libertad de ser, porque estás
integrando eso que sucede, el aprendizaje. Es el rompimiento del
movimiento en ti, cediendo al cambio, hacia tu verdadero Ser.
La
vida con los espejos es ese mar con todas sus olas, que van y vienen,
que sube la marea y que baja, que está en calma y que también se agita,
que es cristalina y en otras no se ve el fondo, y que huele a salitre
para sentir mediante el aroma que los sentidos están presentes, aquí y
ahora, en presente.
El paso del vivir no viene con la edad, sino con la consciencia.
¿Cómo
moldearnos para mejor (que es la intención al venir a la Tierra) si no
es viviéndonos a través de los espejos (las personas) y nuestras
diferencias? Es esencial. Los espejos reflejan todo, lo más luminoso y
lo más sombrío.
El arte de dominar la mente y que cante el Corazón es puro ensayo... una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez.
El arte de dominar la mente y que cante el Corazón es puro ensayo... una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez.
No
nos enfademos con los espejos (los demás) ni culpemos a la vida. El
escenario es el que creamos y hemos diseñado antes de nacer. El fruto de
nuestra transformación es el regalo.
Benditos espejos, benditas diferencias.
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